karaiosvaldo
13/4/18
6/2/18
Siempre fuiste vos
Siempre
fuiste vos
te dije
mientras recostaba
mi cabeza
en tu alma
decirte otra
cosa
hubiera sido
mentir
en ese
entonces
Siempre
fuiste vos
-rubia kesu-
vos y tu
universo
de origamis,
colores
y
chocolatadas
Imposible no
rendirse
ante la
colosal llama
que sostiene
tu estatura
de mujer
valiente
y poderosa
imposible no
admirarte
capitana,
piloto
y maestre
de tu propio
barco
navegando
incansablemente,
desafiando
tormentas,
en busca mejores
puertos
para vos
y tu pequeña
tripulante
Mirarte fue
siempre
como el
asombro y la alegría
de un hombre
que nació ciego
y que en la
madurez de su vida
contempla por
primera vez
el cielo
estrellado
el ocaso del
sol en el mar
o el encanto
de una
pequeña flor
que ayer
solo adivinaba
en sus
sueños
Tu calor de
compañera
vencía
cualquier
golpe o
invierno
tus palabras
inteligentes
y bondadosas
-como vos-
eran la
canción
que esperaba
escuchar
en esas
tardes
donde Dios
me concedía
el
privilegio
de ser mejor
al poder
tocar tus manos
y darte un
beso
Siempre
fuiste vos
te dije
mientras tus
ojos
amanecían en
mi pecho
y hacían
trasparente el amor
en cada célula
y átomo de
mi cuerpo
Siempre
fuiste vos
te dije
y mis
palabras
no fueron un
error,
no fue error
elegirte,
no fue un
error amarte,
no fue un
error
haber
habitado contigo
ese trozo
tiempo
en que nos
tejimos juntos,
porque
siempre fuiste vos
aunque ya no
estés
aunque ya no
seamos
eso que
soñamos juntos
23/1/18
Let it be
A veces la vida es como un tren,
de ochocientos cincuenta y cuatro mil novecientos setenta millones de vagones,
que te atropella mientras vas caminando por la playa
tararareando Let it be de los Beatles
No lo oyes venir pero de pronto
una tormenta de hierro
golpea tu carne, tus huesos y tu alma
y te encuentras tirado en el suelo,
como dice Serrat, sin saber que pasa
Lentamente las ruedas de acero,
como dientes rabiosos se van clavando
en tu pecho y en tu espalda,
tu cabeza se rompe una y otra vez
con el peso de cada vagón que te aplasta
uno, dos, once, veinte vagones…, cuentas
hasta que ya no puedes contar nada
porque el dolor se hace uno contigo
y ya no sabes si eres un alma que sufre
o si eres el sufrimiento de un alma
Segundos de una insoportable calma te inundan
entre la distancia que le lleva a cada rueda
toparse con tu pobre existencia maltratada,
se terminó piensas, pero el acero implacable
vuelve crujir entres tus huesos y tu alma
-ya no queda carne –, y vuelves a ceder sin resistir
al abrazo del dolor y su guadaña
A veces la vida es como un tren,
de ochocientos cincuenta y cuatro mil novecientos setenta millones de vagones
que te aplastan,
ya no tratas de contarlos, pero aun respiras
sabes que aunque parezca infinito algún día se acaba
el acero sigue haciéndote jirones
dentro tuyo una suave voz canta
“And when the broken hearted people
living in the world agree
there will be an answer, let it be
Let it be, let it be,
let it be, let it be"
Suscribirse a:
Entradas (Atom)