A veces la vida es como un tren,
de ochocientos cincuenta y cuatro mil novecientos setenta millones de vagones,
que te atropella mientras vas caminando por la playa
tararareando Let it be de los Beatles
No lo oyes venir pero de pronto
una tormenta de hierro
golpea tu carne, tus huesos y tu alma
y te encuentras tirado en el suelo,
como dice Serrat, sin saber que pasa
Lentamente las ruedas de acero,
como dientes rabiosos se van clavando
en tu pecho y en tu espalda,
tu cabeza se rompe una y otra vez
con el peso de cada vagón que te aplasta
uno, dos, once, veinte vagones…, cuentas
hasta que ya no puedes contar nada
porque el dolor se hace uno contigo
y ya no sabes si eres un alma que sufre
o si eres el sufrimiento de un alma
Segundos de una insoportable calma te inundan
entre la distancia que le lleva a cada rueda
toparse con tu pobre existencia maltratada,
se terminó piensas, pero el acero implacable
vuelve crujir entres tus huesos y tu alma
-ya no queda carne –, y vuelves a ceder sin resistir
al abrazo del dolor y su guadaña
A veces la vida es como un tren,
de ochocientos cincuenta y cuatro mil novecientos setenta millones de vagones
que te aplastan,
ya no tratas de contarlos, pero aun respiras
sabes que aunque parezca infinito algún día se acaba
el acero sigue haciéndote jirones
dentro tuyo una suave voz canta
“And when the broken hearted people
living in the world agree
there will be an answer, let it be
Let it be, let it be,
let it be, let it be"
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Lo más bello de la Palabra, es que puede unir nuestras almas,a pesar de nuestras diferencias, aquí quise compartir algunas contigo, ahora espero las tuyas...Gracias.