Al Lector:
Quien se atreva a hojear las siguientes paginas debe saber ante todo que las reflexiones que estas contienen provienen de un hombre que quizás fue demasiado maltratado por la "realidad" de este "mundo", por lo que este para poder seguir viviendo, para dejar de ser un mendigo, se vio en la obligación no solo de dudar de ella sino de destruirla, lo que nos demuestra sin lugar a dudas su falta de sano juicio.
Otro punto fundamental a saber es que este hombre era dado, aunque no se sabe en que grado de profundidad, a ese malsano ocio de la filosofía, por lo que se piensa que sus reflexiones -es una cuestión a verificar- puedan contener algunos elementos de esta. Quien los hallare haría muy bien en dudar de ellos o mejor aun en ignorarlos.
Una vez prevenido el lector de estas cuestiones puede decidirse, usando su recta razón, por no perder su tiempo y dejar de lado estas páginas; o bien dejándose llevar por esa estupidez propia de algunos hombres atreverse a seguir las líneas que vienen a continuación.
Absurdo
Hubo una vez un hijo de hombre al que todos llamaban sabio, él tenia siempre ideas claras y distintas; su pensamiento era profundo y extenso; nada había fuera y dentro de él, que él no conociese.
Su andar era sereno, sus palabras - que eran miles y miles- sonaban a miel y a vino, quienes lo escuchaban no podían dudar que la verdad estaba con él.
Pero un día mientras el hijo de hombre realizaba su habitual rutina de pasear por los rectos y claros callejones de libros, ideas y porqués, una terrible sombra se cernió sobre él; se sintió cansado de tanto palabrerío y de tanta sabiduría, la sombra se abalanzo sobre él intentando herirlo, pero él pudo librarse de sus garras y escapar; corrió y corrió sin parar -sin pensar- no sabia si la sombra lo seguía o no, pero seguía corriendo cada vez con mayor velocidad, nada había ya en su cuerpo que lo impulse pero seguía y seguía corriendo hasta que el cansancio lo tumbo al suelo.
Quedo inconsciente días y días, cuando despertó se sentía muy aliviado al recordar el peligro del que había escapado, sus manos temblorosas lentamente fueron apartando su rostro de la arena; cuando hubo de estar casi erguido intento abrir sus ojos pero no podía, estaban húmedos; los limpio con sus manos y apenas pudo ver aquello que los humedecía -era sangre- el temor nuevamente se apodero de él ¿acaso no habría salido ileso de aquel oscuro hecho?, cayo otra vez al suelo, quería gritar pero el temor y la desesperación lo empujaban hacia el silencio, silencio que al final lo venció y que acallo en el todas aquellas cosas que él conocía -todas aquellas cosas de las que él dudaba - y que tanta seguridad le daban; entonces envuelto en esa confusión y fuera de si empezó a escuchar una voz, la voz de "lo que es" que en lo profundo le dijo:
Al principio el hombre creo la razón y lo absurdo. El universo estaba lleno y las sombras cubrían los abismos mientras "lo que es" aleteaba sobre la superficie de la existencia.
Dijo el hombre: "Haya luz" y hubo luz. El hombre vio que la luz no era y la separo de las tinieblas. El hombre llamo a la luz realidad y a las tinieblas irrealidad. Y atardeció y amaneció el día primero.
Dijo el hombre: "Halla un firmamento en medio de la existencia y que la divida en dos". Hizo entonces el hombre un firmamento dividiendo la existencia en dos, una la que estaba encima del firmamento y otra que quedaba debajo de el.
Y llamo el hombre al firmamento razón.
Y así sucedió. Y amaneció y atardeció el día segundo.
Dijo el hombre: "Júntese la existencia de debajo de la razón en un sólo lugar y aparezca el suelo seco". Y así fue.
El hombre llamo al suelo seco absurdo y a la existencia sobrante imaginación. Y vio el hombre que todo no era.
Dijo el hombre " Produzca lo absurdo experiencias y hechos que den sensaciones. Lo absurdo produjo experiencias y hechos que dan sensaciones. Y vio el hombre que esto no era. Y atardeció y amaneció el día tercero.
Dijo el hombre "Halla lámparas en la razón que separen la realidad de la irrealidad. Y que brillen en el firmamento para iluminar lo absurdo. Y así fue.
Hizo pues el hombre dos grandes lámparas una grande para presidir la realidad y otra más pequeña para presidir la irrealidad. El hombre las colocó en lo alto de la razón para alumbrar lo absurdo, para mandar a la realidad y a la irrealidad y separar la luz de las tinieblas. Y vio el hombre que esto no era. Y atardeció y amaneció el día Cuarto.
Dijo el hombre " Llénese la existencia de entes y revoloteen estos sobre lo absurdo y bajo la razón. Y creo el hombre los grandes monstruos divinos y todos los entes que pululan en la existencia. Y vio el hombre que todo no era. Los bendijo el hombre diciendo " Crezcan y multiplíquense y llenen la razón y multiplíquense asimismo en lo absurdo". Y atardeció y amaneció el día Quinto.
Dijo el hombre " produzca lo absurdo ideas vivientes, de diferentes especies, verdades y mentiras y opiniones" Y así fue. He hizo el hombre las distintas clases de opiniones, de verdades y mentiras. Y vio el hombre que esto no era.
Dijo el hombre hagamos a la nada a nuestra imagen y semejanza, que mande a los entes de lo absurdo y a los entes de la razón, a las verdades, a las opiniones y a las mentiras que se arrastran por lo absurdo.
Y creo el hombre a la nada a su imagen.
A imagen del hombre la creo.
El hombre la bendijo diciéndole: "Se fecunda y multiplícate. Llena lo absurdo y somételo. Manda a los entes de la imaginación y a los entes de la razón y a cuanta idea viva en lo absurdo.
Dijo el hombre: "Yo te entrego para que te alimentes, toda clase de hechos y experiencias. A las opiniones, a los entes de la razón y a cuanta idea viviente se mueva en lo absurdo.
Y así fue. Vio el hombre que todo cuanto había hecho no era. Y atardeció y amaneció el día Sexto.
Así fueron hechos la razón y lo absurdo y todo lo que hay en ellos. El hombre termino su trabajo el Séptimo día y descanso en este día de todo lo que había hecho.
Bendijo el hombre este día y lo llamo conocimiento. Y lo hizo santo porque en ese día el descanso para siempre de todo su trabajo de creación.
Este es el origen de la razón y lo absurdo cuando fueron creados.
Cuando hubo escuchado esto, el hijo de hombre recordó todo cuanto le habían enseñado y todo cuanto sabía, la angustia golpeo su carne con violencia y lloro. Varios días deambulo sin sentido, su historia y su vida le pesaban, nada había en él y nada había fuera del él, hasta que se decidió a oír lo que le habían dicho, entonces se dijo:
Lo que es" sobrepasa en mucho el entendimiento del hombre, que no puede de un salto llegar directamente hasta el. Este al verse en la aparente imposibilidad de alcanzarlo, se vio en la necesidad, para acallar esa sed que lleva en si, de ir poco a poco olvidando y negando "lo que es", y de ir creando a la vez una realidad que el si pueda conocer.
Así fue como surgió lo que el hombre llama razón y realidad y todo lo que ello implica, que no es más que engaño y engaño.
Sus palabras resonaron en él como una fuerte tempestad de odio y soberbia, en unos segundos había muerto y vuelto a nacer, sus ojos se cubrieron con unas escamas, en sus oídos algo se rompió, era la primera vez que podía ver y oír.
Así el hijo de hombre se alejó de sus hermanos, aun cuando estaba con ellos su mirada contemplaba "algo" de lo que los demás estaban demasiado lejos; "algo" que reclamaba de él esa misma distancia.
Nada había en él y nada había fuera de él, pero "lo que es" iba poco a poco llenándolo y la angustia se hacia cada vez más fecunda en él.
Tiempo después, tras mucho caminar, en busca de algo que pudiera calmar el hambre que tenía se topo con un manzano lleno de frutas, inmediatamente comenzó a arrancarlas para comérselas, cuando hubo recogido una cantidad adecuada se sentó debajo del árbol y empezó a comer, en unos minutos su hambre había desaparecido y su ser se llenaba ahora de saciedad; esto le llamo la atención y se dijo: tenia hambre y ahora estoy satisfecho, sino hubiese tenido hambre no hubiese comido las manzanas y no gozaría ahora de esta hermosa saciedad que me llena; si estoy satisfecho es entonces gracias al hambre y las manzanas que comí para calmarla, sin ellas no habría saciedad; pero igualmente para poder llegar a la saciedad ambas partes, hambre y alimento, debieron perecer. Callo un instante, se levantó del suelo, tiro las manzanas que le quedaban aun lado y se dijo nuevamente:
Si la realidad que pisamos con la razón no es más que el resultado de la debilidad del hombre en su peregrinación hacia "lo que es", este para vivir nuevamente debe hacerse fuerte y liberarse de estas verdades que lo esclavizan.
Ser fuerte es renunciar a la seguridad que la razón nos da y destruir todo cuanto ella ha creado, este es el único camino que lleva a "lo que es".
Quien quiera seguirlo deberá tomar lo absurdo y todo cuanto el implica, como la única verdad existente. Solo de este choque entre la razón que domina el mundo humano y lo absurdo que se le opone; solo en este choque entre lo real y lo irreal, entre lo que aparentemente es y lo que no es, en el que ambos elementos contrarios quedan anulados y destruidos, podrá dar lugar a que "lo que es" sea nuevamente para el hombre y que el hombre pueda nuevamente contemplarlo.
Cuando esto suceda ya no habrá más nada que decir, será El el que hable.
Cuando hubo terminado de decir esto, el hijo del hombre comprendió -por última vez- que ya no había camino de regreso, que en sus palabras y mas que en ellas en su silencio, "lo que es" se encarnaba irremediablemente en él para siempre.
Desde entonces ningún hombre supo mas de él y todos olvidaron muy pronto que alguna vez existió.
SI CREYERA LOS QUE ESTAS PALABRAS DICEN NO LAS HUBIERA ESCRITO
SI LAS HE ESCRITO ES PORQUE QUISIERA NO CREER EN ELLAS
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Lo más bello de la Palabra, es que puede unir nuestras almas,a pesar de nuestras diferencias, aquí quise compartir algunas contigo, ahora espero las tuyas...Gracias.